La muerte no es nada. Sólo me he refugiado en la habitación de al lado.
Yo soy yo, y tú eres tú.
Llámame por mi diminutivo de siempre.
Háblame como solías.
No cambies de tono. Ni solemnidad forzada,
ni aflicción quiero escuchar.
Ríe como reíste siempre nuestras pequeñas bromas.
Juega... sonríe...
piensa en mi... reza por mí.
Deja que mi nombre siga siendo la palabra familiar que era.
Que sea pronunciado sin afectación,
sin la más pequeña sombra.
La vida significa lo mismo que siempre,
sigue igual que siempre.
Hay continuidad, absolutamente ininterrumpida.
¿Qué es esta muerte sino un accidente sin importancia?
¿Acaso debo desaparecer del pensamiento porque haya desaparecido de la vista?
Estoy esperándote... será sólo un rato.
Muy cerca de aquí, a la vuelta de esa esquina.
Todo está bien
No he muerto. Solo me fui antes y no quiero que me recuerden con lágrimas como aquel que no tiene esperanza.
No he muerto; aunque mi cuerpo no esté, siempre mi presencia se hará sentir Seré el silencio de nuestro hogar que tanto compartimos, seré la brisa que besará vuestros rostros, seré un recuerdo dulce que asista a tu memoria, seré una pagina bonita de tu historia.
Perdón a todos, tomé unicamente uno de los trenes anteriores y se me olvidó decirlo... No estoy muerta, solo me fui antes.